Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

chapter 91



chapter 91

ALEXANDER.

Los dias en Doinel, bajo el mando del infeliz de Paul, se convirtieron en mi peor tortura, no solo porque tenía que soportar la notable ausencia de mi hada, sino porque no había un dia que ese desgraciado no buscara el más minimo detalle en cada una de las prendas de Lancaster Collection para hacer que cambiara los diseños en los que Jimena ha estado trabajando arduamente dia y noche.

Defendi a mi personal, recordándole a Paul una de las tantas cláusulas del contrato, donde la casa de moda Doinel, le daba libertad de creatividad a los diseñadores, pero terminó escudándose en que la última palabra la tenia el director general de Doinel y que los colaboradores debian modificar los diseños si este no le parecia adecuado para la colección.

Es que no cabe duda de que no tiene la más minima idea de donde está parado y aunque tuviera años de experiencia siendo encargado de una de las empresas, no tenia conocimiento de como sobrellevar una casa de moda tan prestigiosa, la empresa le quedó grande, estaba desperdiciando recursos y tiempo en una guerra personal que terminaria perdiendo tarde o temprano.

Ganas no me faltaban de dejar el proyecto de Leonardo Doinel tirado a la basura por tal atropello, pero le hice la promesa de no “defraudarlo y aunque estuviera ausente, iba a mantener la promesa bajo cualquier circunstancia y más aún, cuando Sarah y Tristán eran

lo más afectados, además, estando en la empresa, podia mantenerme alerta de cualquier plan que Paul estuviera maquinando con su madre, porque si de algo estaba seguro, es que no se quedarian tranquilos hasta hacerles el mayor daño posible y eso no lo iba a permitir. Text © 2024 NôvelDrama.Org.

Sr. Lancaster, se me está agotando la paciencia, los colores de ese diseño no están en sincronia con la colección. Quiero un cambio en media hora.-Paul llegó al taller donde Jimena trabajaba con una de las modelos de prueba en el cambio más reciente y se detuvo para mirarlo con desprecio.

La paciencia se me estaba agotando y la de mi diseñadora también, esto no era un juego y él lo estaba tomando como eso, nos estaba saboteando descaradamente.

– Sr. Dubois, si tanto sabe de diseños y colores, ¿por qué no lo hace usted? ¿Está poniendo en duda mis treinta años de experiencia como diseñadora? -Jimena no pudo quedarse callada un segundo más y le respondió con altaneria a Paul. Bien dicho.

Paul le dedicó una mirada gélida a una alterada Jimena y cuando abrió la boca para hablar, me levanté de mi asiento interrumpiendo cualquier estupidez que estuviera a punto de decir,

-Piénselo dos veces antes de dirigirse a mi diseñadora, usted cree que el éxito de mi empresa se debe a mil cambios de mi parte, sin tener la menor idea del exhaustivo trabajo y creatividad de mis diseñadores? Si no tiene conocimiento sobre diseños exclusivos de moda, mejor no opine. Me temo que esta vez no podré complacerlo, el color se queda tal y como está. -lo enfrenté sintiéndome irritado con su sola presencia, ya no iba a permitir que siguiera saboteando el trabajo de mi equipo, eso solo retrasaria el tiempo estimado de la

colaboración.

Paul me miro desafiante y sonrió de medio lado con sorna.

No estoy aqui de adorno, St. Lancaster. Ahora que no hay ningún Doinel en esta empresa, usted no puede hacer lo que se le venga en gana. No sé qué artimañas usaria para ganarse a los antiguos dueños de mi empresa, pero le aviso desde ahorita que eso ninguno de sus trucos baratos funciona conmigo. Su empresa no es nada comparada con la mia. No sé en qué estaban pensando cuando decidieron darle una oportunidad a LC.-solté una risa sin gracia al escuchar la estupidez que estaba diciendo y me acerqué para mirarlo con indiferencia.

-¿Asi es como piensa el presidente de Doinel? ¿No sabe hacer otra cosa que compararse con los demás? Solo está dejando ver sus inseguridades y es que usted no es nadie, no tiene nada y eso le

frustra, ¿cierto? Dime, ¿qué ha logrado por sus propios méritos? ¡Nada! No me joda la paciencia y déjeme trabajar, porque a diferencia de usted, yo si obtengo mis logros limpiamente, sin necesidad de quitarle nada a nadie.-lo encaré sin que me quedara nada por dentro y supe que mis palabras lo enfurecieron de sobremanera, pero lo ocultó tras su falsa sonrisa.

Me da tanta lástima por Sarah, la clase de hombre con la que termino cansandose. Es una masoquista y tan débil de mente que se dejó engatusar por un picaro que le fue infiel.-la sangre comenzó a hervirme cuando sus asquerosos labios pronunciaron el nombre de mi mujer.

Le podia permitir que me insultara si eso queria, pero que hablara de ese modo de Sarah, eso jamás,

No pude contenerme cuando lo tomé del cuello de su traje y lo estampé con fuerza contra la pared, queria borrarle la sonrisa de su rostro, pero los gritos desesperados de Jimena y las modelos presentes, me detuvieron.

-No vuelvas a pronunciar su nombre. Ella es capaz de tomar sus propias decisiones sin necesidad de engatusarla como querias hacerlo tú para quitarle toda su fortuna y fue inteligente al no aceptar nada de ti. Si hablamos de artimañas, hablemos del documento que le hiciste firmar a Leonardo con engaños. No, mejor hablemos de como fracasaron tus planes con Sarah y tuviste que recurrir a la bajeza de quitarle la empresa en el momento más doloroso de su vida. -escupi cada palabra con repudio en su cara y se quedó callado, sonriendo como si estuviera orgulloso de la asquerosidad que hizo. -Ella y yo nos vamos a casar y tu no podrás hacer nada para impedirlo, asi que piensalo dos veces antes de volver a mencionar a mi mujer, porque te juro que te destruiré con un solo chasquido.

La sangre se me subió a la cabeza y no pude detenerme a pensar en lo que salla de mi boca, recurri a la mentira para amenazarlo

directamente frente a todos y solo asi su asquerosa sonrisa se borró de su rostro.

Lo solte cuando Jimena me habló para calmarme, pero no le presté atención a lo que decía, estaba tan lleno de ira, que no era capaz de escuchar con claridad a mi alrededor, solo podia clavar mi gélida mirada en el rostro de ese imbécil.

En el siguiente segundo, Paul se acomodo el traje que quedó arrugado por mi violento agarre y volvió a sonreir con arrogancia.

El que es no deja de ser, Sr. Lancaster, sin más se retiró campante, dejando el taller de Jimena con el ambiente tenso. No supe a qué se referia con eso, no sabia si era una advertencia o una amenaza, pero de Paul me podria esperar cualquier

Sr. Alexander, no tenía que llegar a esos extremos, de haber sabido que iba a reaccionar de esa manera, simplemente modifico el color del vestido, aunque me muera de la rabia, pero prefiero evitar.- Jimena parecia aturdida por los recientes acontecimientos y tuve que caminar de un lado a otro para intentar estabilizarme.

– Jimena, esto no tiene nada que ver con el diseñio, estás haciendo un buen trabajo. El problema de Paul es conmigo y se está desquitando con nuestro esfuerzo por sacar la colección adelante. -le aclaré a Jimena para que dejara de sentirse culpable, aunque era inútil, la pobre mujer tenía los nervios de punta, se notaba agraviada. -Tómate el resto del dia, vete a descansar y no le des explicaciones

a nadie.su mirada llena de pánico me hizo saber que no se atrevia a hacer tal cosa después del caluroso enfrentamiento con Paul. Trabajas para mi y en esta, o en cualquier otra empresa, solo recibes mis órdenes.

Con aquello, Jimena se mostró más comprensiva y asintió con su cabeza antes de volver con las modelos y ordenar todas sus

cosas.

No podia quedarme un minuto más en este lugar, estaba muy tenso y solo existia una persona en el planeta que podía cambiar mi estado de ánimo con solo verla..

Sali del taller de Jimena rumbo a mi oficina y al pasar por la oficina de Paul, me detuve al escuchar una conversación, al parecer estaba atendiendo una llamada, pero claramente no era relacionado con el trabajo.

Estás soñando despierta. -no sabia de qué estaba hablando exactamente, pero lo que era seguro es que hablaba con una mujer. Rápidamente, saqué el celular de mi bolsillo y activé la grabadora. -Te he dado dinero suficiente para que tengas una vida de lujos, no recibirás un solo centavo más de mi parte, estoy haciendo demasiado por ti al prestarte los servicios de mis abogados. -ahora sabia que el caso era tan serio con la mención de sus abogados, suponía que se trataba de los Richman. -No estoy de humor para soportarte… Mira, me importa cinco que no puedas disfrutar del dinero, sabias el riesgo que corrías y aun asi aceptaste. Y ni se te ocurra amenazarme o, así como mis abogados te están ayudando, pueden hundirte y tus padres pagarán las consecuencias de siquiera mencionar el apellido Dubois. No vuelvas a llamarme.

Supuse que finalizó la llamada cuando se quedó en silencio y me apresuré a guardar la grabación mientras me alejaba de su oficina, siguiendo mi camino hasta la mía.

Paul no habia mencionado ningun nombre durante la llamada, pero la situación coincidia a la perfección con la de Rachel. Ella recibió dinero a cambio de destruir mi matrimonio con Sarah y al ser descubierta, Paul se vio acorralado a tal punto, que les pagó a sus abogados para que se encargaran de su caso y, por si fuera poco, la tenia amenazada con hacerle daño a sus padres si se le ocurria soltar todo lo que sabia.

La grabación podia ser muy útil para hundir a Paul, este era un momento crucial y ahora más que nunca debía proteger a mi

familia.

Tomé mis cosas con prisa y llamé a Cristina para que me acompañara a mi apartamento, necesitaría su ayuda para empacar las cosas más necesarias, pues a partir de hoy me quedaria en la Villa Doinel, hasta asegurarme que sus vidas no estaban en riesgo.

Detuve el auto frente a la empresa de Sarah y me quedé unos minutos con las manos sobre el volante, pensando si debla entrar o simplemente esperar a que saliera, pues hoy tenía una junta directiva y no pretendia interrumpirla, sin embargo, las ganas de verla cuanto antes me ganaron y es que, desde el dia que hicimos el amor no había tenido tiempo para ella, estaba desesperado por tenerla en mis brazos y ahora tenia todo el dia libre para dedicárselo a ella y a Tristán.

Cuando pregunté por Sarah, me indicaron que estaba en el taller de diseño, me senti aliviado al saber que al menos ya habia terminado la reunión, lo demás era protocolo. Tomé una bocanada de aire y caminé hasta el lugar indicado, cuando la vi de espalda, luciendo tan elegante y concentrada en la prenda que tenia en sus manos, todo lo malo se esfumó de mi mente como por arte de magia, ella es mágica. No esperé un segundo más sin sentir su cálida piel en mis manos y me acerqué para abrazarla por la cintura tomandola por sorpresa.

Evité contarle lo sucedido en la empresa, porque no queria preocuparla ni estresarla más de lo que ha estado los últimos dias, sin embargo, le informé directamente que me quedaría en la villa y no aceptarla un no como respuesta.

Una llamada interrumpió nuestra conversación y la preocupación se alojó en mi pecho cuando se quedó sin palabras, escuchando to que decían al otro lado de la linea, entonces, una sola palabra salió de sus labios y de inmediato supe que estaba relacionado con la conversación que escuché “accidentalmente” en la oficina de Paul y que mis sospechas eran ciertas, la llamada de Paul era con Rachel.

-Confesarás. -esperé que Sarah dijera algo más que eso. -Rachel, tus padres no corren peligro, me he encargado de brindarles protección. No, no hables con los abogados Richman, mis abogados se encargarán de tu caso a partir de hoy, buscaré la manera de que reduzcan tu sentencia o en el mejor de los casos, que te otorguen la libertad. -no esperaba menos de Sarah, estaba actuando con inteligencia y madurez. Le estaba dando la mano a la persona que quiso dañarla, sin embargo, quien más se beneficiaria de la confesión de Rachel era Sarah, pues ya tendría un testigo que hundiria a los Dubois. -No podré viajar, pero te aseguro que los abogados se

reunirán hoy contigo y se encargarán de todo. No tengas miedo, todo va a salir bien. Estaré al tanto de todo. Gracias Rachel, estás tomando la decisión correcta.

Sarah finalizó la llamada y me miró atónita, no sabia qué hacer al respecto, no podia mostrarme sorprendido cuando sabia más que ella, cuando sabia lo que motivo a Rachel a confesar.

Rachel va a declarar. -la voz de Sarah salió casi en un susurro y sin verlo venir, se lanzó a mis brazos mientras reia de felicidad y no hice más que corresponder su abrazo y sonreir al verla tan contenta. - Por fin comienzo a ver la luz al final del túnel.-se separó de mly me tomó por sorpresa cuando dejó un fugaz beso en mis labios antes de volver al taller. -Lo siento, me tengo que ir, si hay alguna novedad se la pueden informar a Vincent. Y Vincent, te espero en casa, tenemos que hablar.

Solté una ligera risa desde mi tugar, mientras sentia una agradable sensación en mi pecho al ver lo animada que estaba Sarah y esperé que se despidiera y le entregara las llaves de su auto a Abby, para luego volver conmigo con una sonrisa radiante en su rostro que la hacia lucir más hermosa.

-¿Ya te dije que me encanta verte sonreír?-pregunté cuando entrelacé mis dedos con los suyos, mientras me guiaba con prisa por los desconocidos pasillos de la empresa. No sé a dónde nos dirigiamos y tampoco me preocupaba si era ella quien sostenia mi mano. Su verde mirada se detuvo en mi por unos segundos y noté que sus mejillas se habian sonrojado. -Las buenas noticias comienzan a llegar y te ayudaré para que todo salga perfecto.

Se detuvo cuando llegamos a la puerta de lo que parecia la sala de juntas y volvió a mirarme con un brillo en sus ojos que hacía mucho tiempo no aparecia.

– Todo saldrá perfecto. Alguien me dijo una vez, que no hay mal que dure cien años y tiene toda la razón.-una sonrisa se dibujo en mi rostro cuando repitió las palabras que le dije hace unos dias y sin esperar respuesta de mi parte, abrió la puerta en la que nos detuvimos y rápidamente buscó a Tristán que estaba dormido en el sofá bajo el cuidado de Jack. Cuando salió, le quité a nuestro hijo para que no se esforzara al llevarlo hasta el auto y se quedó de pie frente a mi, mirándome sin borrar la sonrisa de su rostro y las siguientes palabras, salieron de su boca con naturalidad, como si hace un momento no estuviera en désacuerdo con la idea de vivir temporalmente bajo el mismo techo y que alegró por completo mi dia. -Hoy es un maravilloso dia para que te mudes con

nosotros.


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