Capítulo 745
Capítulo 745
Capítulo745
En el hospital, habitación VIP.
Pol, se colocó el uniforme de paciente y se acostó en la cama. Su rostro delicado y hermoso había perdido su cálido color, sus labios estaban tan pálidos como los pétalos marchitos de una flor, tan
débil que inspiraba compasión.
-Señor García, ¿por qué eres tan tonto? – El secretario estaba junto a la cama y todavía estaba muy asustado. -¿Sabes que casi te aplasta ese caballo y sufriste graves heridas? Si te hubiera aplastado, es muy probable que hubieras muerto en el acto, sin esperanza alguna. Todo el
sufrimiento y los planes que has hecho en Austria habrían sido en vano.
Pol abrió sus ojos suavemente y levantó las comisuras de los labios. -Héctor, parece que
realmente te preocupas por mi y que realmente te importo.
Héctor se sorprendió y las lágrimas brillaron en sus ojos mientras bajaba la mirada. -Señor
García…
Lo había estado siguiendo durante ocho años, antes era su lacayo y ahora su secretario, aunque su posición había cambiado, su estatus no lo había hecho. Todavía era el subordinado fiel leal del Pol. NôvelDrama.Org: owner of this content.
El joven García era extremadamente calculador y desconfiado. Él establecía una barrera fría y
vigilante con todos.
Durante todos estos años, hombres y mujeres, aparte de la señorita Clara, nadie había podido
acercarse a él ni abrir su duro corazón.
No tenia amigos verdaderos con los que pudiera confiar plenamente, por lo que estaba simple palabra de Héctor sin duda acercaba la distancia entre ellos y le hacía sentir que Pol realmente lo consideraba como una persona de confianza. Se emocionaba y sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Señor García… la salud es el activo más importante, jasegúrese de cuidarse!
-Haría cualquier cosa por Clara.
Pol respiró profundamente, cuando mencionó a Clara, sus ojos fríos se llenaron de ternura. -Y
también… quiero demostrarle a Clara que no solo Alejandro está dispuesto a dar su vida por ella, yo también puedo hacerlo. Y lo haría con gran agrado. En el futuro, cuando ella necesite ayuda, no
será Alejandro en quien ella piense primero, sino en mí.
La segunda frase era realmente intrigante.
El secretario entendió su significado profundo y asintió con una mirada sombria. -Lo que dices es cierto. ¿Cómo puede un hombre que tiene relaciones sexuales indiscriminadas y una vida privada desordenada estar a la altura de la señorita Clara? La Srta. Clara es una persona inteligente y no
caerá dos veces en el mismo agujero, ¿verdad?
La mirada de Pol se ensombreció y no respondió.
En ese momento, su teléfono que estaba junto a la almohada vibró.
Lo levantó y miró la pantalla, pero antes de recibir una respuesta, la puerta de la habitación se
abrió.
-Pol, ¿estás dormido?
Al escuchar la voz de Clara, Pol rápidamente guardó el teléfono debajo de la almohada y levantó su
rostro, mostrando una tierna sonrisa. Clara, te dije que no te preocuparas por mi… Estoy muy
bien, gracias.
Clara entró en la habitación y miró al hombre pálido y sin vida, como un rostro frágil a punto de
romperse. Se sintió muy afligida interiormente.
Después de todo, él se había convertido en eso por salvarla.
-También te dije que me haré cargo de tus heridas hasta el final. -Clara se acercó a él con un tono
suave.
Pol sintió un calorcito en el pecho y sus ojos se enrojecieron con gran ligereza.
-Señorita Clara, ¿también te lastimaste al caer? -El secretario, con gran perspicacia, preguntó con
preocupación.
-No es gran cosa, no tiene importancia. Lo más importante es Pol, con un brazo fracturado,
costillas rotas y cinco heridas en la piel, necesita quedarse en el hospital para descansar el mayor
tiempo posible. – Clara tenía algunas raspaduras en su cuerpo, pero no le dio gran importancia,
solo dio instrucciones tranquilamente a Pol.
Pol sonrió ligeramente. -Clara, no necesito quedarme en el hospital, sé cómo está mi cuerpo.
-¿Qué les pasa a todos ustedes, hombres? ¡Incluso Alejandro, después de una cirugía cerebral tan
delicada, no se queda en el hospital! ¿Acaso los hospitales están envenenados o no pueden pagar la
Justo después de decir esas palabras, se sobresaltó y apretó los dedos de la mano.
No sabía por qué, pero sin razón alguna, pensó en Alejandro automáticamente. A menudo, su conciencia fluía hacia él desde todas las direcciones, y ella no podía resistirse.
El corazón de Pol se contrajo, reprimiendo la envidia que surgía. Tiró de sus labios pálidos y dijo:- Parece que… realmente te interesa en gran manera el Señor Hernández. Sin importar cuándo ni
dónde, siempre piensas en él.
Eso demuestra que él tiene un gran valor en tu corazón.
Clara suspiró y miró fijamente a Pol con una mirada fría. -¿Quieres escuchar la verdad?
El pecho de Pol se sintió oprimido y apretó los labios.
—De hecho, tiene un valor peso. Lo que dijiste es muy correcto.